Hemos visto, a lo largo de esta exposición, el complejo funcionamiento natural del ecosistema amazónico, que es de una belleza única. La integración entre el comportamiento biológico del bosque, el clima y sus múltiples agentes de equilibrio natural, desde las profundidades del suelo, el sotobosque, la cobertura de los árboles y el propio tronco. Todos estos componentes tienen un equilibrio armonioso, único entre los ecosistemas terrestres, y evidencian que la atmósfera es de una belleza única. Del mismo modo, es muy hermoso observar cómo la biodiversidad amazónica ayuda a diferentes especies a complementarse entre sí en su papel de defender la integridad del ecosistema.
El hombre destruye este equilibrio en busca de lo que conocemos como desarrollo, sin percibir la verdadera riqueza del bosque original y las limitaciones adquiridas para el beneficio desenfrenado a corto plazo y, en general, para unos pocos. No hay interés en mirar el planeta y la sostenibilidad a largo plazo de nuestra sociedad. Este modelo de desarrollo está destruyendo los ecosistemas brasileños y, de manera voraz, a la Amazonía. Pero es posible revertir esta imagen de destrucción, y la ciencia ya tiene las herramientas para hacerlo. Escuchar a la comunidad científica y los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas es todo lo que necesitamos para cambiar el curso de la destrucción de este hermoso ecosistema.
Estamos en el camino de construir una nueva sociedad que respeta el frágil y hermoso equilibrio entre el bosque y el clima del que todos dependemos. Un camino que respeta los derechos de los pueblos tradicionales, que no lo ve todo con valor dólar, sino que observa el alma de nuestros pueblos indígenas y considera la dependencia de nuestro planeta para con la Amazonía viva y sana.
Paulo Artaxo, Consultor Jefe de Tiempos Amazónicos
